4.3.11

Jugá con el tiempo, no dejés que el tiempo juegue con vos

Finalmente ¿qué es el tiempo?, ¿quién le dio poder para gobernar?
Va a la madre el tiempo, en mi bolsillo Tacar, en mi mente un borrador y voy jugando con la vida al son que el Sol y la Luna, las palmeras y los árboles, los pájaros y el viento me canten.
El tic tac del reloj se puede ir a tomar por culo, no me interesa saber qué día es y cuántos años han pasado de mi vida, sólo me interesan las sonrisas, los logros, los latidos saltarines y la buena energía, ¡ah sí!, y los ojos brillantes.
Supongo que por eso jamás acepté que me apresuraran o acosaran para hacer algo.  Yo gobierno mi vida, nadie más.
Determiná qué actividades harás cada día de  acuerdo a lo que sintás, podás y querás.  Eso sí, tené en cuenta que la mayoría de los demás mortales son regidos por el paso de ese silencioso invento que alguien quiso intentar medir y se cagó en el mundo.
No te estresés por pelear contra el tiempo, jamás lo vas a modificar, relájate y dejá de darle mente a lo que no podés cambiar.

El mundo perdió la cabeza por un pin

No se trata de tener una lista de contactos gorda, no se trata de repetir la patada de realidad “De hipocresía, diferencias y gente extra”… Se trata de enviar un mensaje claro.
Si no te dan un pin no tenés razones para enojarte, todos sabemos que uno no chatea con todo el mundo, algunos amigos no tienen talento para hacerlo o no les llama la atención y prefieren tener otro tipo de contacto, no quiere decir que la posesión de uno de estos móviles automáticamente obligue a repartir el contacto para hablar con todo el mundo.
Vamos a ver, si en msn ni se hablan, si nunca se llaman por teléfono, ¿qué sentido tiene agregarse a un chat más?

2.3.11

Lo que le causó una tristeza

Un día gritó tan fuerte que sus cuerdas vocales se reventaron, luego las vomitó en el medio del dolor de su llanto desgarrador.
Su perro se las comió y comenzó a hablar como ella, pues como en un rompecabezas, las cuerdas encajaron en su garganta y este aprendió a hablar igual a ella, quien en medio de su dolor no sabía si reír al escuchar a su perro hablando y cantando como ella, o llorar por su pena intensificada por su incapacidad para expresarse oralmente.
Decidió arrodillarse junto a su perro y lo abrazó, como nunca, ahora los unía algo mas que un sentimiento, ahora los unía una voz que se había liberado en un grito desesperado y había colonizado un territorio teóricamente hostil para los humanos.
Se adoraban y permanecerían juntos, ella atrapada en su melancolía y él afanado por hacerla feliz.
Él la entendía, en sus ojos percibía su dolor, en esas miradas intensas e infinitamente tristes y con trazos vacíos, pero profundamente expresivas. Él la acompañaba y en silencio la animaba, pues sólo cuando era extremadamente necesario, le hablaba con su voz para colorearle los momentos con sus historias de perro.

12.2.11

De esas cosas...

Cayó, como una bola de plomo desde la azotea de un rascacielos directamente al duro cemento del suelo. Hizo un gran hueco en él y se destruyó con el impacto.

Poder

Ella es muy buena en lo que hace, te cocina a fuego lento, te eleva, te deja en el aire, te baja y te entierra a la velocidad que le place cuando se le da la gana.
No todos tienen esa capacidad de entrar en la mente y en el corazón de alguien para implantarle pequeños puntos de dominio sin que los detecten, sin que lo noten.
Y cuando menos te das cuenta, ¡pum! Te domina, te enreda, sos de ella y ella hace con vos lo que le apetece.  Si te quiere ver bien te endulza y te lleva al cielo de todos los colores que no podés ni imaginar porque es la dueña del cielo y tiene en su poder una infinita paleta de colores.  Pero si por el contrario te quiere ver mal, con sólo mirarte y cambiar sus tonos lo logra, te aporrea y te arrastra por el suelo dejando marcas que arden sólo hasta que ella decida que te hagan daño, porque cuando ella escoge eliminarte el dolor, antes de que alcancés a parpadear, ya estás de nuevo flotando, tal vez en el mar, tal vez en el cielo otra vez y en vos se van alejando los rastros de dolor mientras ella siga queriendo que así sea, ¿y vos? Vos no te das ni cuenta.
Juega muy bien, se diseñó para esto y nada entre juegos porque la vida para ella misma lo es.

10.2.11

De deseos y del amor - Patada de Realidad -

¿Quién sabrá el valor de tus deseos? Pregunta Cerati en esa canción que bien podría considerar perfecta.
¿Sabré yo acaso ese valor? ¿Sabré otorgarlo? Espero que la experiencia del camino, la diferencia del resto de los mortales y todo lo que hoy en 27 me define, me den las herramientas suficientes para darle a tus deseos el valor que merecen, para comprenderlos y entregarlos, y sin dudar.
Si no soy yo, me rompería más que el ego el aceptar mi pérdida, me rompería el corazón, porque al amarte como lo hago, no quiero menos que concederte todo lo que deseás, todo lo que te haga feliz y a mi alcance esté, y si mi amor y todo lo que soy no es para esa labor suficiente, me destrozaría decirte adiós.
Porque hay algo que todos los seres humanos deberían tener claro y es que si no es uno quien puede darle lo mejor a quien ama, debe apartarse del camino para que esa persona pueda seguir en la búsqueda de alguien que haga el trabajo mejor que uno.  Pensar de otra forma es netamente estúpido y egoísta.
Duele, si.  Es difícil aceptarlo, también.  Pero no por eso deja de ser realidad, y no necesariamente que uno ame a una persona lo hace automáticamente el más calificado para estar a su lado.
¿Por qué? Porque el amor no es todo en la vida.  Gústele a quien le guste y chóquele a quien le choque, las relaciones no sólo sobreviven de amor sino de capacidades, de actitudes, de tolerancia, de formas de ser y pensar, de adaptabilidad, de negociación, de compatibilidad, de lucha, de amistad, de ganas, de energía, de pasión, de miles de cosas.  Eso sí, no estoy negando en ningún momento la importancia del amor como tal, pero no es suficiente, “The Beatles” se equivocaron, “all you need is love?” tus huevos!
El amor es condición necesaria más no suficiente, he dicho.
¡Ah! Que me he ido por las ramas, como diría Pé, me enrollé como persiana… Es que últimamente tengo la mano alborotada y conectada al chip rebelde, y me la he pasado escribiendo patadas de realidad.  ¡Pero la realidad es que no me arrepiento de haberlo hecho porque todo lo que dije es cierto!

8.2.11

De hipocresía, diferencias y gente extra. - Patada de Realidad -

¿A cuánta gente no te has tenido que aguantar en la vida?
Es increíble la cantidad si uno hace la tarea de hacer un conteo, por lo menos superficial, de todas las personas que sin desearlo, sin quererlo, se ha tenido que aguantar uno por el hecho de compartir un ambiente de estudio, trabajo, incluso de vida.
Da risa, ¿no? ¿Por qué debería uno aguantarse gente en vez de mandar al carajo a cada uno de los que considera insoportables, o con quienes no tiene empatía, o con quienes a pesar de algún esfuerzo (por vago que sea) no se la lleva bien?
Mantiene uno en su lista de contactos a una cierta cantidad –indeterminada- de “pedorros” que no sirven para nada en la actualidad, pero los deja ahí “por si algún día los llega a necesitar”, es decir, los deja ahí por si algún día decide romper el silencio y entablar una conversación hipócrita e incómoda, con el único fin de obtener un beneficio de alguien cuya vida es irrelevante y bien podría irse a vivir al fondo de un abismo después de hacernos el favor, que seguramente nos hará de mala gana –si es que lo hace-, porque honestamente no tiene por qué hacernos favores gente extra en nuestras vidas si para ellos tenemos la misma condición.
Somos irrelevantes pero no nos borramos.
Lo peor es pensar que en algún momento del futuro incierto, uno de esos personajes indeseados, ignorados (porque cuando los vemos conectados no los saludamos y en la calle hasta hacemos el intento de no hacerlo) nos va a ayudar, y lo peor es pensar en no borrarlos porque ¿qué irán a decir?, ¿qué van a decir de qué? ¡A tomar por culo! Si no nos vamos a enterar, si no nos va a afectar porque son extras, ¿qué importa?
Toda la vida, desde que pequeña entendí el concepto de la hipocresía lo abracé, me pareció útil y lo apliqué a mi vida.  Pero considero que hay diferentes tipos de hipocresía y que algunos son sencillamente absurdos, como ese de tener una lista gorda de contactos “x”, de los cuales no se puede entablar una conversación decente con ninguno porque somos abismalmente distintos y para qué esforzarnos en una conversación que alimente la farsa, pero es mejor dejarlos ahí porque ¿qué dirán de uno? Me vomito.
Uno debe ser hipócrita con quien valga la pena el gasto energético de montar el teatro de la buena cara, el saludo medio cordial y la conversación pseudo-interesante, pero eso no se debe hacer con todo el mundo, ¡para eso mejor se cambia totalmente de contactos!
Eso se hace con los suegros insoportables, con los familiares raros que incomodan, con los personajes importantes que se encuentran tomando el algo con los tíos, con los jefes, con la gente que uno tiene que soportar así no quiera, ¡pero no con todo el mundo!
La hipocresía no es un talento bien manejado por todos y no debería ser administrado a los incapaces, por eso es mejor mantenerse rodeado de la gente correcta y no intentar relacionarse mucho con la gente con quien no se tiene empatía o correspondencia.
Creo yo que así el mundo iría un poco mejor, nada de desgastarse en relaciones sociales innecesarias e insatisfactorias, sólo hacer esfuerzos cuando sea necesario.
Suena facilito en teoría, ¿no?  ¡Pues ahí está! Que conozco gente que lo practica, cuyo círculo de amigos es pequeño y definido y no andan por la vida pendientes de no borrar sus listas gordas de inútiles contactos, porque entienden que la vida es más fácil, no hay que andarse con apariencias porque es tan cortica como a ella le da la gana de ser y no tenemos como modificar su duración para hacerla más larga y que valga la pena todo el cuidado del “qué dirán”, de los contactos “x”, y de la hipocresía inútil por intentar caerle bien a todo el mundo.
¡Es que por eso es que hay tanto lambón en el mundo!
Hay que aceptar que todos somos muy diferentes y en esas diferencias radican imposibilidades de socialización.  No todos nos tenemos que querer –eso no significa que nos tenemos que odiar-, no todos nos tenemos que gustar y el que no entiende eso que se busque un tiquete para vivir en uno de los cuentos de Walt Disney, ¡joder!

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