18.10.10

(A la 1...) A las 2...

Sin duda alguna me he enamorado, lo veo escrito en todo lo invisible, lo escucho en el silencio, mientras mi corazón rompe la arritmia habitual y se pierde entre la energía y el poder.
Me recuerdo caminando sobre el acantilado, jugando al equilibrio con los pies mientras bailaba lo que el viento me cantaba, mirando al cielo con una sonrisa me preguntaba qué debía hacer, sintiendo el susto previo a un salto miraba al mar, sabiendo que no lo quería tocar, sólo quería volar y me preguntaba...
De repente me detuve, miré al Sol, sonreí, elevé los brazos y con la sensación de libertad bajo mis brazos, la esperanza de no caer y con la certeza de volar, salté.
El cielo fui, del cielo soy y al cielo voy, completamente convencida de la grandeza de mis alas sigo volando, hace 2 meses salté del acantilado, no he tocado el mar y sin intención alguna de regresar a tierra, con toda la energía voy, ¡feliz!
En el cielo encuentro todo lo que necesito para despertarme cada día dispuesta a jugar a la conquista.  El aire, los minutos, la energía de las sonrisas, las miradas, los tactos.
Un vaivén de corrientes me hacen navegar en un universo inexplorado y emocionante lleno de colores, a veces hasta tormentoso, lleno de sabores y texturas, de música y de estaciones explosivas, de deseos, sin tiempos o excesivamente marcado por su avance imposible de detener.
Es un sueño.  Sueño que vuelo y es real.  Abro los ojos y lo vivo, lo disfruto, como nunca, lo guardo, lo interiorizo.  2 meses, de pura felicidad, de días y noches de colores, de todo lo que quiero el resto de mi vida.

12.10.10

"La calma antes de la tormenta"

Sentada al final del muelle
Los pies tocan el agua, juegan con ella
La vista fija en el horizonte
Las manos apoyadas en la húmeda madera
Frente a mí, en el cielo, rozando el mar, una tormenta se va formando.
El agua que me rodea conserva su tranquilidad
Rayos, nubes oscuras se chocan entre sí, crecen, amenazan.
La calma antes de la tormenta vivo
La percibo, la veo crecer y sólo espero el momento en que se desate frente a mí.
Me pregunto si me tocará, si llegará a mí, o por el contrario se alejará o se disipará y mi horizonte volverá a ser azul claro sobre azul oscuro...
¿Cuestión de tiempo?

Necesito la conexión cielo mar

Estoy hasta los huevos de esta vida, de esta ciudad, de las montañas, del transporte, de los coches, del ruido, de su absurda cantidad de edificios feos, parece que estuviera haciendo colección de edificios que insultan la buena arquitectura.

Quiero el mar, lo necesito, estoy perdiendo mi esencia entre tanto asco, tanta polución.  Necesito irme, respirar, salir corriendo, dejar las ataduras.
Sólo me quiero llevar las cosas necesarias, poca ropa, música para el camino, la libreta de turno (y el libro también), las gafas, la boca, chiviringo...
Sólo lo necesario, lo que requiero para ser feliz, ah bueno y las pastillas, ¡pero me quiero ir ya!
¡No soporto un día más en este lugar!

Necesito el mar, su olor, su sabor, su calma, sus movimientos, su grandeza, su infinidad, la tranquilidad automática que me inyecta, su oleaje y sus mareas.  
Necesito irme, más de lo que necesito comer, esto no es un capricho, esto es un grito desesperado que no se detendrá hasta que vuelva a estar frente al azul que me domina y me devuelve a la superficie lo que llevo adentro.
Necesito sumergirme y enredar mi cabello, gritar bajo el mar y dejar en el olvido los problemas, pensar así con claridad, y más que nada, necesito sentirme libre, extraño la libertad.
Necesito recostarme en la arena, permanecer inmóvil mientras el Sol lentamente abraza mi cuerpo, necesito que mi mirada se pierda en el silencio, contemplando el horizonte perfecto junto a la compañía ideal.

Quiero el pegote, quiero la sal, quiero la brisa, quiero las corrientes y los revolcones, quiero ver algo diferente, quiero irme de aquí, quiero volver a respirar, quiero sentir mi lugar.

Recargarme, que el mar me entregue lo que me hace falta.

9.10.10

Las mejores noches las vivo con vos

Dormir con vos es magnífico.
Puede que no duerma tanto como usualmente hago, pero no se comparan la cantidad de horas de sueño sola a un par de horas dormida en tus brazos.
Con calor, con frío, de frente, de espaldas, como sea, me siento la más feliz del mundo desvistiéndote y hacer contigo el amor, para luego vestirte, reirme con tus incoherencias somnolientas y en tu cuerpo encajar el mío.
La comodidad no tiene comparación, las formas, los olores, los sabores, los colores, todo lo que tu presencia aporta en mis noches es pasado de carga energética, de amor, de alegría!
Pura felicidad es lo que siento cuando te veo en mi cama y cuando vivo con vos esos momentos mágicos y diferentes que conforman la noche.
Te amo, por si a alguien le queda alguna duda.
Me he enamorado de vos y cada día me sigo enamorando.  No hay nada mejor que dormir con vos, sabés muy bien lo que hacés y sabés muy bien que a tu lado soy feliz.

6.10.10

Diablo a dormir

Un día alguien llamó la atención del diablo.  El diablo siguió su camino sin darle mucha importancia.  Casualmente ese alguien se hizo presente de nuevo y el diablo decidió detenerse.
 
No tenía idea.  No sabía quién era ese alguien.  Mucho menos se imaginaría que ese alguien eventualmente haría que el diablo se acostara a dormir y en su cuerpo habitara su alter ego.
 
A veces el diablo se despierta y se entrecruzan ambas formas de ser.  Complejo.

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