29.5.08

¿Qué pasa maestro?

Al parecer no entendiste lo que te dije la última vez que te escribí.
El idioma lo manejás tanto como yo, estaba direccionado a vos pues varias veces se repetía tu nombre, te lo envié directamente a vos a diferencia de lo que usualmente hago, entonces... ¿por qué no entendiste?
Tengo varias preguntas, todas ellas nadan como pececitos en mi acuario mental, vienen alborotando todo a su paso mientras buscan sus respuestas, desbaratando todo porque no las pueden encontrar.
No sé que es lo que no te queda claro, ¿es que no entendés que sos más importante que un ejército de mejores amigos? ¿No sabés que sos quien me educó y quien me ha atraído de forma inexplicable desde que recuerdo, que todo lo que hacés y lo que pasa en tu vida lo analizo con una fascinación única?
No pasa un día de mi vida en que vos no te crucés por mi mente, en mis recuerdos, los más tristes, los más alegres, siempre has estado ahí.  Sin hablar, sin vernos, sin nada, siempre hemos sabido como está el otro y la verdad es que toda la vida me he sentido feliz de tener un lazo diferente y especial con vos, orgullosa de gritarle al mundo que yo soy quien nunca se va a ir de tu lado, porque a diferencia de tus amores y tus amigos, yo no me puedo ir.
Jamás te he reclamado, te he visto cometer barbaridades y nunca de mí has recibido un reproche, por el contrario he aprendido mucho de cada una de esas cosas y por eso soy quien soy ahora.
Siempre he querido ser como vos, ¿¡de dónde más creés que saqué el futbol, las balas, los videojuegos, los carros, las motos, los vicios, todo!? Todo lo que soy, mi esencia grita tu nombre, pero estoy segura que todo eso lo sabés...
¿Qué es lo que no sabés entonces? ¿Que doy la vida por vos si la tuya vuelve a peligrar? ¿Que detesto ver cómo se te salen de las manos las situaciones, las personas, las responsabilidades, las adicciones?
Yo no hablo por hablar, por lo menos no con vos.  No te escribo por hacerlo, no es fácil para mí traducir una mente loca y ponerlo en un papel por medio de palabras que sean coherentes para que entendás el mensaje y si lo hago es porque la situación lo requiere.
Hay cosas en la vida muy deliciosas, hay otras que son buenas y hay otras que traen la felicidad en un bolsillo, como medio guardada para que no cualquiera las tome y se la lleve; esas últimas son las que uno tiene hacer así tenga que sacrificar delicias y gustos.  Llega un momento en el que hay que abrir los ojos y darse cuenta que si no se pueden tener todas esas al tiempo, hay que escoger cuales vale la pena conservar y por cuales vale la pena luchar, así uno se sienta peleando contra dragones armado con nada más que un palito de madera.
Es hora de parar... pensá y abrí los ojos, qué tenés en tu vida que te haga ser feliz, qué tenés en tu vida que haga que valga la pena levantarse, qué tenés en tu vida que sea bueno conservar y qué es lo que hay que mandar al carajo porque no me gusta ver lo que veo en este momento y estoy segura que algo dentro de vos detesta verte así cuando te ves en el espejo.
¿Qué pasa maestro?

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