6.4.08

¡Quién duerme pues!

Aquí estoy después de una noche con vos y con nadie más, quería dormir un poquito, pero mi mente no me deja en paz.
Cierro los ojos y me veo recorriendo tu cuerpo con besos, con mis manos, con mi lengua, con mis ojos, con mi cara.  Mi boca sabe a tu boca, a tu cuerpo, ella guardó un sabor delicioso que vuelve a mí para antojarme más de vos.   Tu piel sin obstáculos, mi piel rozándote, sintiéndote, tus huesos y tus piernas infinitas incitándome a tocar más, tu caso omiso a mis declaraciones de deseo, tu corazón palpitando más rápido y el mío a punto de estallar.
Dejándome llevar por tu magnetismo me fui entregando a vos y a tu voluntad de detenerme y soltarme, en un sin afán por irnos de la mano hasta Fantasía.
Te besé cada pedacito de piel que las circunstancias me dejaron alcanzar, entre el frío que sentías y mi calor insoportable, mi cuerpo adolorido y la oscuridad, el lugar y tener que madrugar.
Te tuve para mí y grabé en mis sentidos la huella que me dejabas mientras te entregabas.  Me cubrí con tu olor y me refugié en tus abrazos.  Jugué con tu pelo alborotado y necio, te vi sonreír de placer y te escuché de nuevo gemir, esos sonidos perfectos que me excitan y no me dejan en paz.  Con mis dedos mojados dibujé tu boca, vi un demonio brillar en tus ojos y te dejé tocarme mientras disfrutaste tener el control, provocándome a saltarte encima y a hacerte enloquecer, sacando placer de detenerme y de dominarme.
Jugué en tu cama, la única regla era tan fácil de romper que creía que tendríamos que parar, pero cómo parar si ahí estabas vos sin ropita estorbando, ahí, mirándome disfrutarte en una noche enterita para mí, ¿cómo puedo no desearte cada vez más?
Maldigo el sueño necesario para poder funcionar hoy, hubiera preferido no dormir y pasar la noche rayando la perfección con vos, noche de insomnio con quien realmente me enamora y tiene un poder infinito sobre mi voluntad, noche de insomnio con quien alborota mis ganas y me hace soñar que una noche como la de anoche llegará.
Cierro los ojos y se proyectan clips de una película perfecta, protagonizada por vos y yo, escenas que me hacen temblar entera, encoger algo por dentro, acelerar el corazón y convencerme que sos como el mango biche con sal y limón.  Recuerdo que hice, recuerdo lo que hiciste, pero es fantástico recordar lo que hiciste cuando te toqué y la forma increíble cómo me obligaste a dejarte de jugar.  Al recordar pierdo el control de mis acciones, no encuentro donde dejé tirada la cordura y sólo quiero pasar con vos millones de noches más.
A tu lado voy a estar el resto de tu vida, a mi lado quiero que estés durante todo ese tiempo también, cada día te quiero amar más y me gustaría que llegue el momento en el que no hayan restricciones ni afán, ¡pero que llegue rápido que mi cabeza se va a explotar!

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