17.1.08

Cuando volví

Después de varias semanas sin verte, después de haber soñado con vos tanto que sentí desespero, me siento a tu lado y lo único que veo son tus labios acercarse a mi... ¡sentí pánico!
Mi corazón no cabe en el espacio que le destinaron, no quiere palpitar al arritmo que suele hacerlo, ni mantener una velocidad constante o por lo menos soportable.
Jamás había orbitado en algo tan hermoso y prohibido, jamás había sentido tanto miedo, deseo, amor y celos a la vez.  Esto es nuevo para una chica acostumbrada a huir de toda complicación, pues ahora no huye, ahora se entrega a un vicio que puede acabarse en cualquier momento y parece no importarle terminar delirando y temblando en lágrimas con el corazón roto.
Vale la pena despertarse si al acostarse el cuerpo y la mente saltan en su quietud, y todos los órganos se quieren estallar de emoción y acumulación de sentimientos que desfilaron acompañados de millones de sonrisitas y miradas...

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