19.12.07

Castillo de cristal

¿Has sentido alguna vez como se rompe el corazón de la persona que amás?

En un ridículo juego que no tenía otro nivel, en un juego que no tenía porque haberse jugado…

En un instante se cambió una vida entera de amor por una sensación que le gana a la mente, por unos minutos de temblor y miedo, se mandó a la basura lo que se construyó con más sonrisas y alegrías que las vividas en un circo eterno.

Sentí como su corazón se partió en pedazos cuando rompió el silencio que guardaban dos cuerpos que no se iban a juntar nunca, no sólo porque no tenían por qué juntarse, sino porque no era su deseo.

Dejé de respirar, dejé de pensar, dejé de sentir, mi cuerpo entero entró en shock cuando escuché unas palabras que taladran mi memoria día y noche, cuando los vicios dejan mi mente disponible para recordar una noche en la que sin razón, dejé de luchar contra una corriente estúpida que intentó muchas veces arrastrarme y con fuerza siempre me aferré al amor que le tenía a una criatura que nació de la magia.

Ahora, luego de romperle el corazón a quien jamás pensé aporrear, todo es diferente, le pido al tiempo que corra más rápido de lo normal, para que el desorden mental tome alguna forma correcta, para que el daño que hice a tanta gente se visualice en mi mente y pueda encontrar soluciones, pues no merecen ser dañados quienes me quieren…

¿Qué sentido tienen ahora tantas cosas que había pensado? ¿Qué sentido tiene caminar ahora si la brújula se enloqueció y el norte jamás había sido tan confuso?

Las palabras no salen de la forma correcta, no encuentro la capacidad que tenía de escribir todo tan fácilmente, ahora todo es enredado, ¡nada es suficiente!

Carecen de sentido tantos recuerdos que bailan en mi mente al ritmo de mil canciones, perdí la explicación que me motivó a hacer tantas cosas que hice, se ven borrosos los sueños concebidos y el pantano se tragó las esperanzas de conocer mundos nuevos de la mano de quien lanzó su hechizo sobre mí y me enamoró.

Un castillo de cristal, tan frágil como nunca fue pensado en su construcción, resultó ser la fortaleza en la que me refugié tanto tiempo al lado de una criatura magnífica que rayó la perfección.  Un castillo de cristal, ubicado donde el cielo se une con el mar, más allá del límite permitido para los humanos,  se quebró en un instante, dejando al descubierto un mundo extraño y engañador, lleno de alimañas y seres oscuros, que siempre intentaron entrar y nunca se les fue permitido.  Un castillo de cristal, tan perfecto como nunca se vio algo en este universo, fue partido rápidamente en millones de pedacitos, dejando sus habitantes en la calle, sin otro refugio que el humo y el sabor amargo del alcohol.

El Sol se refugia tras los cristales quebrados del castillo, las estrellas se esconden, la Luna ni se asoma… Todo cambió, sus habitantes abandonaron las ruinas, un hada intentó recoger cristales para reconstruir su fortaleza, pero el mar no la dejó hacerlo y se entregó a la pena de ver su castillo destrozado.

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