A veces como que el espíritu se separa unos pocos centímetros del cuerpo y uno puede verse a si mismo vivir la vida, pasar el tiempo, oxidar el cuerpo con la respiración, sonreír con una buena canción, escribir algo en el teclado, ensimismado, sin meditar mucho las acciones.
Al terminar de escribir y mirar el reloj, se da uno cuenta que no supo a qué horas el tiempo avanzó tanto y uno puede realizar que la vida realmente se va sin avisar, sin importar si lo que uno está haciendo le sirve para algo, ella sigue, nada la detiene.
Tal vez uno la podría detener unos instantes, si el tiempo no fuera el concepto dominante. El que le dió por hablar del tiempo se pudo tirar en el destino de todos los hombres, al darse cuenta que no se puede detener y publicarlo.
Tengo un reloj cosa de locos... ¡Spiderman! Valió la pena la cantidad de yogurt que tuve que tomar, pero realmente no me gusta ver la hora, sólo me gusta hacerlo para saber cuanto falta para salir a comer o para irme para la calle o la casa, el resto... Detesto ver el reloj y tener que aceptar que el tiempo se me va y me estoy gastando unos días hermosos sentada en una oficina, haciendo el trabajo que otra persona podría hacer.
¡Se está yendo el tiempo!
Bueno, hoy es un día que raya la felicidad, buena música, buen ánimo, ¡día de fiesta!
Me vale madre el tiempo... sólo espero que pase rápido para poder celebrar con mi amigo que hace tantos años llegó a esta tierra para hacer un poco más feliz mi vida...
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